Hoy vamos a hablar sobre cómo llevamos la conciliación laboral y familiar. Como siempre, hablaremos sobre nuestra experiencia. La imagen de portada de esta entrada describe bastante bien el cómo me siento.
Conciliación laboral y familiar
Antes de nada, vamos a explicar, de manera teórica, qué es la conciliación. La conciliación, según la RAE podría definirse como «juntar algo». Trasladado al ámbito laboral y familiar, podríamos decir que se trata de el equilibrio entre las responsabilidades laborales y personales de una persona. En España, desde hace unos años, se intenta conseguir el bienestar de los empleados en estos aspectos para que tengan mayor satisfacción laboral. Algunas de las prácticas de las empresas para ello son:
- Horario flexible
- Teletrabajo
- Permisos de maternidad y paternidad
- Cheque o ticket guardería
- Jornada intensiva
- Reducción de jornada
- Permisos de lactancia
Ahora bien…¿Cómo llevamos esto a la práctica?
Nuestra experiencia con la conciliación
He de decir que, en nuestro caso, está siendo todo bastante complicado. Sabíamos en lo que nos metíamos antes de tener a nuestro peque, pero nos vemos desbordados. Durante un tiempo hemos hecho reducción de jornada ambos. Ahora estamos en el punto en el que ya no podemos seguir con estas reducciones de jornada y la cosa se está volviendo complicada.
Por suerte, yo soy autónoma y puedo elegir qué horas trabajar. Eso sí, con el perjuicio económico asociado. Es decir, cobro las horas que trabajo. Si, por lo que sea, una semana trabajo 3 horas, cobro esas 3 horas. Esto unido a que en España pagamos la cuota de autónomos aunque no hayamos sacado rendimiento económico, es un fastidio y una ruina…
Os preguntaréis ¿por qué no lo llevas a la guardería? Por diferentes motivos:
- La matrícula se hacía cuando todavía estaba embarazada y, la verdad, no pensé en matricular a un bebé que todavía no había nacido
- Económicamente hay que poder pagarlo. La mayoría son bastante caras.
- Ahora que hemos querido llevarlo, en las que tenemos cerca de casa, no hay plaza hasta el curso que viene.
Por lo que… en nuestro caso es complicado porque el papi trabaja lejos de casa y está fuera más de 10 horas al día. Las horas que me quedan a mí como mami para trabajar son pocas. Ahora mismo escribo esto mientras me escala por las piernas para que lo coja en brazos.
Con todo esto quiero decir que, aunque a nivel teórico el tema de la conciliación suena muy bien, es bastante complicado llevarlo a la práctica y, sobre todo, con bebés pequeños que todavía no están en edad escolar.