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«Destete» en la lactancia diferida

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En internet hay mucha información sobre el destete en la Lactancia Materna Exclusiva (LME), pero no hay nada de información (o al menos, yo no la he encontrado) sobre cómo hacer el destete en la lactancia diferida. 

Por ello, hoy os voy a hablar sobre cómo lo he hecho yo por si os puede servir de ayuda. 

Como comentamos hace unas semanas en el artículo de «final de la lactancia diferida» ya tenía claro que quería «destetar» al peque porque él cada vez toma menos leche desde que hizo el año y que, por lo tanto, cada vez le veía menos sentido al sacrificio que yo estaba haciendo. 

Hoy os voy a hablar sobre cómo fue finalmente este destete y cómo lo llevé a la práctica.

¿Cómo fue finalmente el destete?

El lunes os comentaba cómo el nene había tenido una gastroenteritis que había hecho que tuviera acetona en sangre y orina. Pues bien, yo también pillé el virus y estuve 48 horas vomitando y sin poder apenas comer ni beber. Debido a esto las extracciones que me hacía no tenía resultados. Si normalmente estaba sacando 150 ml en cada extracción, pasé a sacar 50 ml. 

Por lo que, me dije a mi misma ¿merece la pena seguir así? La respuesta fue que no. Estaba muy cansada, enferma, el niño no estaba tomando leche, la leche de vaca le gusta y le sienta bien… por lo que vi que había llegando el momento.

No era lo que yo me esperaba. Me vi un poco obligada por la situación, pero era lo que había. 

¿Cómo hice el «destete?

Como ya os comenté cada vez me sacaba menos leche. Desde que hizo el año estaba con 2-3 extracciones al día. Es importante tener en cuenta que antes de reducir las extracciones me aseguré de que la leche de vaca le sentaba bien. Es decir, no quería empezar a dejar las extracciones sin tener la garantía de hacerlo no iba a suponer ningún malestar para el niño. 

Estuve un par de semanas sacándome leche dos veces al día. Aquí fue cuando me puse enferma y pasé a hacer extracciones una vez al día durante una semana aproximadamente. El volumen que producía se redujo considerablemente. Cuando vi que cada vez era menos la cantidad extraída empecé a no extraerme nada.

Llevo sin hacer extracciones dos semanas y no he tenido ni bultos ni congestiones ni nada. Tampoco he tenido que tomar anti-inflamatorios ni nada por el estilo. 

En resumen, he ido reduciendo las extracciones a medida que el niño tomaba menos leche y, después, he pasado a extraerme una vez al día. De esta manera le he permitido al cuerpo adaptarse a la nueva situación.

Por lo que, podríamos decir, que he hecho un destete similar al que hacen las personas que amamantan directamente. 

¿Cómo me siento?

Me siento genial. Como os comenté, pensaba que me iba a sentir mal o triste, pero la verdad es que no. Estoy contenta de haber durado así un año y algo. Me siento orgullosa y liberada.

El no tener que pensar en sacarme leche cada mañana, cada noche, cada medio día… es un descanso terrible. Sigo teniendo el impulso de «voy a sacarme leche», pero al momento me doy cuenta de que no es necesario y me siento muy bien. Ha sido muy duro. 

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