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Si se porta mal… ¿lo hace por fastidiar?

Si se porta mal... ¿lo hace por fastidiar

Nuestro peque es un poco trasto y se porta «mal». Desde mi punto de vista no es portarse mal porque es parte de su desarrollo, pero podríamos calificarlo como que se porta mal. Hoy vamos a hablar sobre un tema importante… ¿lo hace para fastidiar? 

A groso modo podríamos decir que los niños, sobre todos los bebés de año y medio, están en una etapa crítica del crecimiento cognitivo, emocional, social, etc. y su comportamiento suele ser una manifestación de las necesidades, frustraciones, exploración de límites, etc. En otras palabras, su comportamiento no es un intento deliberado de causar malestar. 

Ahora bien, es importante tener en cuenta lo siguiente:

Desarrollo cognitivo y emocional

A los 18 meses, los niños se encuentran en la fase denominada “subestadio 5” del desarrollo sensoriomotor de Piaget (Piaget, 1952). Durante este período, los niños comienzan a experimentar con la causa y el efecto, lo que implica que realizan acciones para observar las reacciones que provocan. Cuando hace algo que no tiene que hacer lo hace para ver qué efecto genera en la gente de alrededor no para fastidiar. 

Además, a esta edad, el desarrollo emocional del niño aún está en sus primeras etapas. Por ejemplo, los niños de 18 meses no tienen la capacidad cognitiva para manipular emocionalmente a los adultos. Su «mal» comportamiento suele reflejar una falta de habilidades para comunicar sus necesidades o frustraciones de manera efectiva (Kochanska, Coy, & Murray, 2001). Además, cuando un niño pequeño llora, grita o se niega a seguir instrucciones, generalmente está expresando una necesidad no satisfecha, como hambre, sueño, incomodidad o sobreestimulación, en lugar de un deseo consciente de causar molestias.

No pueden regular emociones

La autorregulación emocional es una habilidad que se desarrolla con el tiempo y no está completamente formada a los 18 meses. Según Kopp (1989), los niños pequeños aún están aprendiendo a controlar sus emociones y reacciones. Esto significa que, cuando un niño pequeño tiene una rabieta, no lo hace para manipular a sus padres, sino porque aún no tiene las herramientas para manejar sus emociones intensas de otra manera. Las rabietas son una expresión de su inmadurez emocional y una señal de que necesitan apoyo para aprender a calmarse.

¿Qué papel tenemos los padres cuando se «portan mal»?

La manera en que los padres y cuidadores responden al comportamiento difícil de un niño pequeño es fundamental. Responder con paciencia y empatía, en lugar de castigo, puede ayudar a los niños a desarrollar una comprensión más saludable de sus emociones y cómo manejarlas (Gottman, Katz, & Hooven, 1997). Los castigos severos o las reacciones negativas pueden, por el contrario, reforzar el comportamiento indeseado o hacer que el niño se sienta incomprendido y menos seguro emocionalmente.

Los niños a esta edad también están comenzando a desarrollar su sentido de independencia, lo que a menudo se manifiesta en la resistencia a seguir instrucciones o en la insistencia en hacer las cosas por sí mismos. Esta búsqueda de autonomía es una parte normal del desarrollo y no debe interpretarse como un comportamiento destinado a desafiar o fastidiar a los adultos (Sroufe, 1996).

Conclusión

En conclusión, cuando un bebé o un niño de año y medio «se porta mal», no lo hace para fastidiar. Su comportamiento es una expresión de su desarrollo cognitivo y emocional, así como de sus necesidades no satisfechas. Comprender que el niño no tiene la intención de molestar, sino que está aprendiendo a navegar por el mundo y sus emociones, es crucial para guiarlo con empatía y apoyo durante esta etapa crítica de su desarrollo.

Cuando son más mayores las «tablas de recompensas» pueden ser una muy buena idea para regular su comportamiento 🙂

Referencias

  • Gottman, J. M., Katz, L. F., & Hooven, C. (1997). Meta-Emotion: How Families Communicate Emotionally. Lawrence Erlbaum Associates.
  • Kochanska, G., Coy, K. C., & Murray, K. T. (2001). The development of self-regulation in the first four years of life. Child Development, 72(4), 1091-1111.
  • Kopp, C. B. (1989). Regulation of distress and negative emotions: A developmental view. Developmental Psychology, 25(3), 343-354.
  • Piaget, J. (1952). The Origins of Intelligence in Children. International Universities Press.
  • Sroufe, L. A. (1996). Emotional Development: The Organization of Emotional Life in the Early Years. Cambridge University Press.

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