Hoy vamos a hacer una reflexión sobre la paternidad y la maternidad. Desde hace algunos años la paternidad está en transformación. Esto es así porque durante siglos han sido las madres las que se han encargado de la crianza, mientras los padres asumían roles secundarios en esta porque tenían el rol principal de trabajar para sustentar económicamente a la familia.
Sin embargo, últimamente se ha generado una transformación en la que la madre también provee económicamente y haciendo que los padres cobren también más protagonismo. Aunque esto es algo positivo, también trae consigo muchos desafíos. Hoy vamos a hablar precisamente sobre estos desafíos.
Madres como protagonistas de la crianza
Quizás alguna vez has escuchado que «una madre es una madre» o «que las madres cuidan por naturaleza». Esta es la percepción que tiene la mayoría de la sociedad sobre las madres. Las madres han sido consideradas durante mucho tiempo como las principales responsables del bienestar de los niños.
Como comentábamos en la introducción, hasta hace poco las madres tenían el rol protagonista en la crianza y los padres el rol secundario al tener que encargarse de otras cosas. Las madres se quedaban en casa cuidando del hogar y de los niños, mientras que los padres salían a trabajar para conseguir dinero para la familia.
Ha día de hoy tenemos muy interiorizado esto y se traduce en comentarios como los que decíamos antes y también en que, por ejemplo, las consultas pediátricas se enfocaban y se enfocan exclusivamente en las madres. Las madres eran y son vistas como las únicas conocedoras de la salud y las necesidades de los niños.
Modificación de roles de la paternidad
Desde hace poco el feminismo y los cambios culturales del siglo XX han hecho que nos cuestionemos todo lo anterior. Las madres han empezado a trabajar y, por ello, los padres han tenido que empezar a involucrarse en cuestiones que hasta el momento nos podían parecer «de madres».
Es importante tener en cuenta que hay mucho estudios como el de Cabrera et al.,(2000) que ponen de manifiesto que la implicación de los padres tienen efectos muy positivos tanto en los niños como en los padres. Los niños que tienen a sus padres presentes en sus vidas suelen tener mejor rendimiento académico, mejor autoestima y relaciones sociales más saludables. Además, los padres se sienten más conectados a sus hijos y esto se traduce en vínculos familiares más fuertes.
Desafíos de los padres
A pesar de los avances, muchos padres tienen que enfrentar desafíos cuando intenta ocupar ese rol similar al de la madre. Por ejemplo, es común que en las consultas pediátricas el personal de salud dirija las preguntas a las madres con frases como ¿qué come?, ¿ha tenido fiebre últimamente?… el padre permanece, en muchos casos, como mero espectador.
Esto minimiza erróneamente la contribución del padre y también refuerza los estereotipos de género. Asimismo, los padres que desean participar activamente en la crianza de sus hijos se frustran, se sienten infravalorados y emocionalmente conectados con la situación.
Consecuencias emocionales en los padres
Los padres que tienen que sufrir lo anterior se sienten desplazados y puede tener un impacto emocional negativo en ellos. Muchos tienen sentimientos de inutilidad o se sienten secundarios en las vidas de sus hijos. Esto puede generar conflictos a nivel interior afectando a su autoestima.
Además, como nosotros hemos podido comprobar y vivir, no solo ocurre en ámbitos médicos. Muchas veces incluso la misma familia es la que hace este tipo de comentarios. Por ejemplo, cuando el papá de la criatura ha querido encargarse de algo ha recibido comentarios como «una madre es una madre». Esto es algo bastante doloroso y más cuando viene por parte de la familia.
Conclusión
El cambio de roles en la paternidad y la maternidad ha sido uno de los mayores avances sociales de los últimos tiempos. Sin embargo, para que los padres puedan asumir completamente su rol es necesario que la sociedad se adapte.
El desplazamiento que muchos padres sienten es un recordatorio de que, aunque hemos avanzado, aún queda trabajo por hacer para lograr una verdadera equidad en la crianza 🙂
Te dejamos una idea de regalo para «el mejor papá del mundo».
Referencias bibliográficas
- Cabrera, N. J., Tamis-LeMonda, C. S., Bradley, R. H., Hofferth, S., & Lamb, M. E. (2000). Fatherhood in the twenty-first century. Child Development, 71(1), 127-136.