Hoy vamos a hablar sobre nuestra experiencia con los comentarios de la gente. Los que habéis leído artículos como «nuestra experiencia comparándonos con los demás» sabréis que es algo que nos saca mucho de quicio.
Está claro que la gente dice de todo, muchas veces, sin filtro. Esto hace que en momentos en los que estemos más vulnerables estos comentarios sean totalmente destructivos para nosotros. Sobre todo, cuando los comentarios cuestionan la capacidad para maternar o parternar.
¿Qué comentarios he tenido que escuchar?
La foto de cabecera describe muy bien el cómo me hacen sentir estos comentarios. A continuación, voy a hacer una lista de todas las barbaridades que he escuchado durante el embarazo y posteriormente durante la crianza:
- ¿Estás segura de que estás embarazada? No tienes barriga (a los 6 meses de embarazo)
- ¿Seguro que no es una niña? Yo quiero una niña (me lo dijo un familiar estando embarazada y sabiendo por ecografía que era un chico)
- Qué niño más blanco tienes (¿en serio? no me había dado cuenta… Ahora bien, pensemos en cómo seria este comentario si en vez de blanco fuera negro)
- No vas a durar ni dos días con la lactancia diferida (gracias por los ánimos)
- ¿Estás segura de que el niño come? A mi no me parece que coma con esos métodos nuevos que usas, va a empezar a perder peso… (se refería al método BLW)
- Madre mía, menudo ventanal tienes, ten cuidado que el bebé no se caiga por la ventana (gracias, lo tendré en cuenta)
Podría estar horas enumerando barbaridades que nos han dicho. Algunas veces son comentarios que ofenden porque dicen cosas evidentes. Por ejemplo, cuando me dijeron que cuidado que no se me fuera el bebé por la ventana. ¿Qué pretenden decir con esas cosas? Otras veces son comentarios que cuestionan la crianza. Las mayores tonterías las he tenido que escuchar por decidir llevar al niño descalzo y por usar el método BLW.
¿Cómo hacer frente a estos comentarios?
Es importante tener en cuenta que no hay que tomar esos comentarios a pecho. Sé que es fácil decirlo, pero es importante tenerlo en cuenta porque, por desgracia, sobre las madres y la crianza todo el mundo opina y si todo nos lo tomamos a pecho acabaremos mal.
Algo que yo siempre digo es que no podemos controlar lo que nos dicen los demás, pero sí que podemos controlar el cómo nos tomamos lo que nos dicen. Es importante tener en cuenta que esos comentarios no nos definen, que no se ajustan a la realidad en la mayoría de los casos y que están hechos desde el desconocimiento.
Eso sí, es importante contestar de manera asertiva y poner límites porque de esta manera podremos contribuir a que no se vuelvan a repetir.
Por ejemplo al comentario de «Madre mía, menudo ventanal tienes, ten cuidado que el bebé no se caiga por la ventana» una buena respuesta, asertiva y educada, sería: «muchas gracias por tu preocupación, pero es algo que ya he tenido en cuenta, yo soy la primera interesada en que el bebé no se caiga por la ventana».